viernes, 31 de agosto de 2012

"De lo sutil a lo manifiesto..." en El Camarin de las Musas

En cada ocasión en la que asistí a una muestra de la artista plástica Josefina Tajes, pervivió en mi por un largo rato al retirarme , una sensación espiritual de paz, de silencio interior y de alegría. En la última oportunidad me ocurrió en la muestra del Camarín de las Musas; bello lugar repleto de gente en la inauguración no sólo por los méritos pictóricos de Josefina, sino por su infrecuente convocatoria personal.
Todas sus obras emanan una luz potente y primordial, que me remite a lo más básico del ser. Luego esa luz fundadora se apoya en el uso de colores llamativos aplicados con fuerza por pinceladas que trasuntan una enorme vitalidad. A veces fui convocada por la obra para acercarme a ella y percibir, como un aroma conocido, su magnetismo. La sala estaba llena y la obra y yo estábamos , por un momento, a solas y en silencio. Ese es el grado de comunicación que Josefina logra. Esa es también la magia del arte y de los artistas.
Ese carácter espiritual o sutil que siempre estuvo presente en su obra con notable fuerza es en ésta muestra (a la que llamó “De lo sutil a lo manifiesto” ) completado con otro plano de la realidad, el plano de la existencia concreta, ( lo evidente), plasmado en coloridos collages compuestos con elementos físicos con hondo sentido para la artista, tales como fragmentos de cartas, de cuadernos, marquillas cargadas de alguna historia personal cuyo sentido no nos es revelado en la obra pero que no dejamos de intuir, todo equilibrado y compuesto armónicamente y con una estética delicada, brillante, fina, cargada de colores puros y originales, magentas, violetas, amarillos de cadmio, etc., óleos cargados y generosos.
A veces el peso de la obra está en el plano superior del cuadro, a veces en el inferior, pero siempre la artista encuentra el modo de compensar visualmente ese peso con el uso oportuno del color, equilibrando la obra.
Hay en particular una obra de la muestra en la cual la forma adquiere un relieve antropomórfico, es tal vez, el esbozo de una figura humana, concretamente un torso femenino, en la parte superior coronada por una especie de travesaño que remeda lejanamente a la porción horizontal de la cruz, tal vez la porción humana de lo divino. Así la artista, en su afán expresivo y con la voracidad vital que la caracteriza se mueve con total libertad de una a otra de las mitades que componen su intenso mundo interior; de o místico a lo real, de lo real a lo místico, yendo y viniendo en un péndulo dinámico muy atractivo para el espectador, donde no hay lugar para el aburrimiento ni la distracción.
¿Cuál será el próxImo paso expresivo de ésta artista multifacética y dual que nunca deja de sorprenderme?
Selene, escritora
Agosto, 2012
31 de agosto de 2012 12:16

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